Conozcamos los palacios de Madrid

La decisión de Felipe II de fijar la Corte en Madrid en los años 60 del siglo XVI tuvo unas consecuencias históricas y sociales fundamentales para la pequeña villa de la Carpetania. Entre ellas, estará la llegada, junto a la familia real, de toda la nobleza que buscará medrar en la Corte, epicentro del poder de la monarquía Hispánica, espacio donde se cocinaban todas las decisiones que marcarían el rumbo de la historia y serían el espejo en el que se miraría toda la hispanidad. El resultado, que es lo que a nosotros nos interesa, será la necesidad de crear espacios donde alojarse. Esto dará como resultado la construcción de importantes palacios que ejercían la función de ser reflejo del poder de las familias que los habitaban. Así, desde el siglo XVII al XX, todas las familias importantes, nobles o burguesas, han construido sus palacios en Madrid y así han dotado a la capital de una increíble patrimonio arquitectónico que dota a nuestra ciudad de una singularidad especial.

Italian Embassy in Madrid (Spain), at 98 Calle de Lagasca (street), in Salamanca district. Building from 1917.
Palacio de Amboage, sede de la embajada de Italia en España. Construido en 1917.

Muchos de estos palacios han desaparecido a causa del inexorable paso del tiempo, las guerras, la mala conservación, el declive de aquellos que los habitaron y, las más de las veces, por la especulación inmobiliaria. Sin embargo, afortunadamente quedan en pie suficientes ejemplos que nos permiten hecernos una idea del pasado histórico que los vio nacer y de quienes fueron sus creadores. Muchos de ellos han sido muy transformados debido a un cambio en sus usos o en sus propietarios, otros, aún, se conservan casi sin cambios. Desafortunadamente, el público general no puede visitarlos, bien por su carácter de residencia privada, bien por utilizarse como sede de empresas privadas u organismos oficiales.

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Palacio del Duque de Abrantes, sede del Istituto Italiano di Cultura.

Afortunadamente, gracias a una iniciativa que el Ayuntamiento de Madrid puso en marcha en 2014, se permite la entrada a una selección de estos palacios. Así, durante los meses de septiembre, octubre, noviembre y diciembre se podrán visitar los palacios de Buenavista (septiembre), Zurbano (octubre), Fernán-Nuñez (noviembre), Amboage, Abrantes y Santa Coloma (estos en diciembre).

La visita se concierta mediante suscripción individual a través de la página web (http://www.bienvenidosapalacio2015.es).

¡¡A disfrutar de nuestro increíble patrimonio arquitectónico y artístico!!

Madrid y sus Plazas de Toros

Si hiciésemos caso a los que encuentran el origen de la tauromaquia en España en la influencia hispanomuslumana, deberíamos aceptar la existencia de corridas de toros en Madrid durante su periodo musulmán. Así parece confirmarlo una leyenda que narra cómo el Cid, de incógnito, se atrevió a alancear un toro en la plaza del Alamillo para ganarse el favor de una bella mora (de ahí el nombre de la calle del toro de la que ya hablaremos algún día). 

 

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Goya, El Cid alanceando un toro

Sea cierta o no esta leyenda, sabemos con seguridad que desde la Baja Edad Media se celebraban en la ciudad corridas de toros ligadas siempre a algún tipo de acontecimiento religioso o civil. Es mi intención señalar aquellos espacios donde se ubicarán estas celebraciones para guardar memoria de los espacios taurinos que existieron en Madrid.

A este respecto no deja de ser curioso que los lugares donde se encontrarán estas plazas estarán unidos a la cañada que atravesaba Madrid, desde el Puente de Segovia, por la Cuesta de la Vega, la calle Mayor y la calle Alcalá.

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Anónimo, Vista de Madrid desde el puente de Segovia.

La noticia más antigua de una plaza de toros aparece citada el 23 de octubre de 1418. Así, el concejo madrileño montó una plaza cuadrada entre las puertas de la Vega y de Segovia para correr unos toros en honor a Juan II de Castilla. En el mismo reinado hay noticias de otras plazas en el campo del Rey (lo que es hoy en día la plaza de la Armería). Siguió la tradición su hijo Enrique IV que también corrió toros en una plaza montada ante el Alcazar y en el campo del Moro. Asimismo, los Reyes Católicos podían ver los toros que se corrían en la plaza de san Andrés desde el Palacio de los Laso de la Vega.

Es durante el reinado de estos últimos cuando tenemos noticias de la construcción de una nueva plaza en el Prado de san Jerónimo (paseo del Prado), donde está el actual Palacio de Villahermosa. Parece que esta plaza permaneció activa hasta bien entrado el s. XVII pues tenemos constancia de que a sus festejos asistieron Felipe II y Felipe III.

Sin embargo, uno de los espacios más importantes donde se correrán toros en Madrid será la Plaza del Arrabal, origen de la actual Plaza Mayor de Madrid.

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Corrida en la Plaza Mayor de Madrid

Sabemos de la existencia de la Plaza del Arrabal desde época de Juan II de Castilla. Si bien no hay constancia documental, es muy posible que en ella se corrieran toros. Ya sabemos que con el traslado de la Corte a la villa carpetana, Felipe II decidirá urbanizar este espacio. Así, hasta 1617, fecha en que se decide levantar la plaza por Juan Gómez de Mora, se celebrarán en ella importantes festividades como las corridas de toros por san Juan y santa Ana. Del mismo modo será el escenario de numerosos festejos de toros y cañas celebrados por la Corte, especialmente por Felipe III que fue un gran aficionado.

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Esta Plaza del Arrabal pasará a ser la Plaza Mayor una vez terminadas las obras dirigidas por Gómez de Mora y que terminarán en 1619, año en que se inaugura la nueva plaza y, cómo no, lo harán con una corrida de toros, el 3 de julio de ese año. En relación con esta plaza no deja de ser curioso señalar que será el mayor coso taurino que haya existido jamás (se calcula que 42.000 personas podían asistir al espectáculo). A partir de esta fecha será el coso favorito de la villa durante los reinados de Felipe IV y Carlos II.

Con Felipe V la Plaza Mayor dejará de ser el escenario de corridas de toros. Así, pese a la insistencia del Ayuntamiento, poco a poco se abandonará este espacio como coso taurino si bien el ayuntamiento seguirá celebrando en ella corridas de toros en señaladas ocasines, siempre ligadas a un acontecimiento de la Casa Real. Así, en 1703, con motivo del cumpleaños de Felipe V; en 1704, tras la vuelta del rey desde Portugal; en 1725 por el regreso de la Infanta Maria Ana Victoria; en 1726 por el nacimiento de la infanta Maria Teresa; en 1746 por la subida al trono de Fernando VI, al igual sucederá con Carlos III, en 1760; en 1765 con motivo de la boda de Carlos IV y por su proclamación como rey en 1789; en 1803 por la boda de Fernando VII. Finalmente, será durante el reinado de Isabel II cuando desaparezca su uso como coso taurino, pues en 1846, el 18 de octubre, con motivo de las bodas reales de Isabel II y su hermana María Luisa Fernanda, se celebrará el ultimo festejo taurino en la Plaza Mayor de Madrid.

Sin embargo, durante el tiempo que la Plaza de Mayor de Madrid fue usada como espacio para correr toros, proliferaron en Madrid otros cosos de notable importancia y que son menos conocidos. Así, es célebre, durante el reinado de Felipe III, la plaza que tenía el duque de Lerma en su huerta que estaba ubicada al lado de su Palacio en lo que sería hoy el hotel Palace. Aquí corría constantemente toros para el deleite de su señor. Otros lugares en los que aparece documentado que se celebraron corridas de toros durante el siglo XVII son la Puerta del Sol, la Plaza de la Cebada, la Plaza de las Descalzas o la Plaza de Lavapiés, si bien podemos entender estas como estructuras efímeras, levantadas temporalmente para correr en ellas toros con motivo de alguna festividad. Tal es el caso de la Plaza de la Priora (desaparecida con la construcción de la Plaza de Oriente y el Teatro Real). Finalmente, para terminar este repaso por las Plazas urbanas utilizadas como cosos taurinos, nos queda señalar que los patios del desaparecido Palacio del Buen Retiro serían también escenario de estos festejos, si bien en este caso, ligados a la nobleza exclusivamente.

La llegada de los Borbones supondrá el abandono de la práctica taurina por parte de la nobleza, pues no gustarán de esta costumbre española dada su educación francesa. Sin embargo, no supondrá la desaparición, sino una evolución orientada al toreo a pie y practicado como espectáculo de masas, no como exhibición de una nobleza que debía demostrar sus habilidades y valor ante los subditos. Así, este espectáculo requerirá un espacio que responda a estas necesidades. Debido a sus nuevas características surgirán en Madrid, entre los años 1737 y 1748, tres plazas circulares que se convertirán en modelo de lo que será en adelante la Plaza de Toros.

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Primer cartel de Toros. Plaza de Casa Puerta. 1737.

La gestión y organización de los festejos taurinos fueron cedidas a diferentes instituciones para que se financiasen y obtuviesen beneficios de este espectáculo. Así, la primera en levantar una plaza de toros circular, toda ella de madera, fue la Archicofradía Sacramental de san Isidro que, en 1737, encarga el proyecto a Pedro de Ribera, maestro mayor de la Villa de Madrid. Este coso se ubicará en el paraje denominado Casa Puerta, lo que sería hoy Arganzuela, exactamente donde se encontraría la actual glorieta de Emilia Pardo Bazán. Si bien su existencia fue efímera (fue desmontada ese mismo año), fue de gran importancia pues dará las dimensiones (ruedo de 50m de diámetro) y estructura (circular) utilizadas en plazas posteriores (especialmente la de Alcalá). Dos años más tarde, en 1739, los padres del Convento de Atocha promoverán la construcción de un nuevo coso taurino que seguirá este modelo.

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Plano de Madrid con la plaza de toros de Alcalá

El lugar elegido nos es desconocido pues solo se indica que estaba en la eras de la Puerta de Alcalá, fuera de la cerca de Felipe IV, en el camino de Vicálvaro. Más o menos estaría donde se encuentran las Escuelas Aguirre. En 1741 esta plaza desaparece y la Sala de Alcaldes de Casa y Corte deciden levantar, muy cerca de la anterior, una nueva plaza de madera en 1743 y que estará en uso hasta 1748. Es muy probable que sobre esta plaza se levantase la que iba a ser la definitiva plaza de Alcalá, levantada en piedra.

Se encontrará ubicada entre las calles de Serrano y Claudio Coello. La plaza fue mandada edificar por Fernando VI, el primer Borbón español. El diseño correrá a cargo del arquitecto real Juan Bauitsta Sacchetti. Esta Plaza estará en funcionamiento hasta 1874, 125 años que serán testigos de la evolución del toreo y espacio donde se vivirá la Edad de Oro del Toreo.

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Vista de la Plaza de toros de Alcalá

La Plaza de toros que sustituirá al coso de Alcalá será la Plaza de Toros de la Fuente del Berro o la de la carretera de Aragón, que también se la conocerá por este nombre. Su construcción se deberá al derribo de la de la Puerta de Alcalá pues los terrenos habían sido comprados por el marqués de Salamanca. El prócer cedía unos terrenos en la carretera de Aragón (actual calle de Alcalá) para levantar un nuevo coso. Esto provoco un fuerte rechazo pues estos terrenos estaban muy lejanos. El problema se solucionó gracias al empresario Maroto que donará unos terrenos más cercanos en la misma carretera, cercanos a la Fuente del Berro. En el espacio que hoy ocupa el Palacio de los Deportes de Madrid, entre 1873 y 1874 se levantará la nueva plaza según un proyecto de los arquitectos Emilio Rodríguez Ayuso y Lorenzo Álvarez Capra.

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Fachada principal de la plaza de la Fuente del Berro

El edificio, de clara influencia mudéjar, superaba a la antigua plaza, pues poseía un coso de 60 metros de diámetro y un mayor aforo (13.120), además de disfrutar de mejores instalaciones. Esta fue la plaza que vivió el culmen de la rivalidad entre Frascuelo y Lagartijo y ya en el siglo XX, la de Belmonte y Joselito. Será testigo de la celebración de la boda e Alfonso XII y María de las Mercedes Orleans o la de Alfonso XIII con Victoria Eugenia (que pese al atentado se celebró). Será la plaza de la Restauración y verá nacer la república para finalmente cerrar sus puertas en 1934, con una épica faena de Marcial Lalanda que será premiada con la puerta grande, magnifico final para un coso mítico.

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La plaza de toros de la Fuente del Berro

Antes de hablar de la Palaza de las Ventas, es neceasrio señalar la existencia de otras cuatro plazas de toros que tendrán su importancia en la historia taurina de Madrid.

La primera de ellas es la plaza de toros que se construyó en los Campos Elíseos de Madrid, el que podríamos considerar como el primer parque de atracciones de Madrid. Este se encontraba más o menos en el entorno de la Escultura de Espartero y se extendería hacia Príncipe de Vergara. En este recinto se construirá en 1864 una plaza para correr becerros y novillos. La vida de este parque de atracciones fue efímera pues en 1868 cerraba pero, sin embargo, la plaza sobrevivió y fue remodelada en 1874. Como anécdota cabe destacar que fue el coso donde se celebró la primera corrida nocturna de Madrid en 1879.

Más oscuro e impreciso es el conocimiento que tenemos de la Plaza de Toros del Puente de Vallecas. Por documentos sabemos que fue levantada en 1884 en el Barrio de la Nueva Numancia. Parece ser que fue derribada en 1926.

Más importante fue la plaza del Barrio de Tetuán de las Victorias, construida en 1870, si bien su momento de esplendor se producirá en los años treinta del siglo XX. Desafortunadamente durante la Guerra Civil fue usada como cuartel de artillería y quedó completamente destruida por una explosión.

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Vista aérea de Tetuán de las Victorias

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Fachada principal de la plaza de toros de Tetuán

La plaza de Vista Alegre se levantó en el barrio de Carabanchel, vecina a la Finca de Vista Alegre que perteneció en su día al Marqués de Salamanca.

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Plaza de toros de Vista Alegre. 1944

Inaugurada en 1908 fue destruida en la Guerra Civil para ser rehecha en 1944, si bien quedó inconclusa por lo que se denomino “la chata. En 1995 se derruyó para levatar el actual Palacio de Vista Alegre.

Solo nos queda hablar de la Monumental de las Ventas. Según parece su construcción se deberá a la iniciativa de Joselito que, tras torear en la Monumental de Sevilla, concibe la idea de crear una plaza de grandes dimensiones en Madrid pues la de la Fuente del Berro no lograba satisfacer la demanda de público que ya existía en Madrid. Así, junto al arquitecto José Espeliú y el empresario Fernando Jardón, se inicia el proyecto en 1919 para quedar la obra finalizada en 1929. Si bien en un primer momento se pensó en ubicarla en la Castellana, finalmente se optó por el barrio de Manuel Becerra, en las Ventas del Espítitu Santo, lugar donde la encontramos ahora. Fue inaugurada en 1931 si bien no estaba concluida por lo que tendrá que inaugurarse de nuevo en 1934.

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Plaza de Toros de las Ventas

El Circo Price, el sueño de un caballista irlandés.

Llegada la sobremesa tras una excelente comida con unos buenos amigos, surgió la discusión sobre el verdadero origen y fundación de uno de los espacios más singulares y del que se guarda un recuerdo más entrañable en la capital de España, el Circo Price. Si bien yo tenía algunas noticias vagas sobre este templo del espectáculo, me quedé con las ganas de investigar un poco más y así arrojar algo de luz al debate. Sirva esta entrada para evitar en el futuro posibles porfías.

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Sabemos con certeza que el fundador fue el irlandés Thomas Price (1813-1877). Este personaje se había criado en el seno de una familia de trapecistas, si bien alcanzará la fama como caballista (domador de caballos) y especialmente como empresario del mundo del circo.

Comienza muy joven su carrera circense, en Londres, (a los 13 años), donde alcanzará cierta fama como clown volatinero en el circo Ducrow (se cuenta que fue capaz de dar 70 saltos mortales seguidos). Sin duda en este circo alcanzó su madurez como caballista pues no olvidemos que el circo de Andrew Ducrow en Londres se puede considerar como el pionero de este tipo de espectáculos. En 1835 actuaba en el James Ryan´s Royal Circus, junto a William Powell y Henry Hengler. Los tres decidirán crear su propio circo en 1841. Así, fundan en Londres el Price and Powell Royal Circus, si bien parece que no tuvo demasiado éxito pues cerraba sus puertas en 1843. probará de nuevo fortuna y se asociará con el americano North y funda la Price and North´s Equestrian Company. Finalmente, decidirá inaugurar su propio circo en Devonport Street (Londres) en 1845.

El Teatro Teatro Circo Price

El Teatro Circo Price en Lisboa

Desconocemos los motivos, tal vez la falta de éxito, tal vez la búsqueda de fortuna, pero en 1847 encontramos a Thomas Price en Madrid, contratado por Paul Laribau, para que actuase como caballista en su recién fundado circo de la calle Barquillo. Parece ser que Thomas Price actuaba junto a su hijo Carlos Price del que tenemos alguna noticia si bien debió morir joven pues no sabemos nada más de él. La fama de sus habilidades debió ir en aumento pues comenzarán a ofrecer espectáculos de caballos y acrobacias por su cuenta en un barracón cerca de la antigua plaza de toros de Alcalá. Esto nos hace suponer que en los años cincuenta ya poseía un establecimiento propio en la capital. Esto lo podría corroborar el que en 1860 inaugure en Lisboa el Teatro Circo Price, en el lugar donde estaba ubicada la antigua plaza de toros de la ciudad. En este circo, activo hasta finales de los 70 (en 1879 era expropiado y destruido para abrir la Avenida de la Libertad), además de espectáculos circenses se celebraran zarzuelas y operetas con artistas españoles lo que nos reafirma en la idea de que Price tenía un establecimiento activo en Madrid.

Cartel publicitario del Teatro Circo Price de Lisboa

Cartel publicitario del Teatro Circo Price de Lisboa

El caso es que la primera noticia que tenemos del Circo Price como tal en Madrid será a partir de los años 60 cuando adquiere el terreno donde se encontraba el Jardín de las Delicias (en el antiguo jardín del Palacio del Conde de Baños), en el Paseo de Recoletos, entre las calles de Almirante y Bárbara de Braganza. Donde hoy nos encontramos  el bello palacio de la duquesa de Medina de las Torres, actual sede la Fundación Mapfre.

Así, según el proyecto del arquitecto Pedro Vidal, se construyó un teatro de madera que se inauguró en 1868 y del que poseemos algunas imágenes (semejante al lisboeta). Tenía una sola pista y su aspecto exterior era circular. Se encontraba vecino al Teatro Circo de Madrid, ubicado en lo que hoy sería el Edificio Colón, justo donde hoy se encuentra el Museo de Cera.

El éxito fue enorme y se convirtió en el más importante circo de Madrid. Tanto es así, que Thomas Price decide en 1876 trasladarse y hacer un nuevo circo más grande. Para ello logrará, en 1876, la cesión de un arrendamiento de 25 años de un solar en la Plaza del Rey que pertenecía al conde de Polentinos (vecino a su palacio). Curiosamente era un solar muy cercano a donde estuvo ubicado en origen el antiguo Circo de Paul Laribeau, donde Thomas Price comenzó su carrera artística madrileña. Desafortunadamente, el señor Price nunca llegará a verlo pues en una gira por tierras valencianas morirá repentinamente el 22 de agosto de 1877.

Plano de 1877 de Otto Neusel. EN él se puede ver el Circo de Price y en la parte superior el Circo de Madrid

Plano de 1877 de Otto Neusel. En él se puede ver el Circo de Price (denominado Equestre) y en la parte superior el Circo de Madrid

El Teatro Circo Price en el paseo de Recoletos

El Teatro Circo Price en el paseo de Recoletos

El circo Price desde el Paseo de Recoletos

El circo Price desde el Paseo de Recoletos

Los encargados de sacar adelante el proyecto serán sus herederos, el matrimonio formado por William Parish y Matilde Passi. Ambos eran artistas ecuestres traídos por Price para su circo de la calle Recoletos. Su relación será tan íntima que el propio Price decidió adoptar a Matilde como hija. El mismo William ya actuaba como administrador del circo a la muerte de Price.

El Teatro Circo Price de la Plaza del Rey

El Circo Teatro Price de la Plaza del Rey

Fotografía del Circo Teatro Price

Fotografía del Teatro Circo Price

Así pues, los herederos decidieron continuar el proyecto del difunto y encargaron al arquitecto Agustín Ortíz de Villajos la construcción del nuevo edificio de claro gusto mudejar-plateresco. Curiosamente el mismo arquitecto se encargó de levantar en el terreno del antiguo Circo Price el palacio de Medina de las Torres, vecino del posterior palacio Elduayen de Miguel Aguado de la Sierra. El resultado fue un moderno edificio de estructura de hierro, con una pista de 13,7 metros, mayor incluso que las de París. De este modo, la noche del 5 de diciembre de 1880, se inaugura el nuevo teatro con un increíble cartel de artistas. El teatro llevará el nombre de su fundador, Price, en recuerdo a su labor. Sin embargo, también se le conocía en la época como el circo de Parish, pues será bajo su dirección cuando el establecimiento consigue su mayor fama y éxito. A la muerte de William Parish en 1917, se hará cargo de la dirección su hijo Leonard cuya desafortunada muerte en accidente de tráfico en 1930 supuso un punto de inflexión en la historia del circo.William_Parish

El establecimiento circense se convirtió en estos años en un lugar de obligada concurrencia entre todas las clases sociales madrileñas. El teatro podríamos entenderlo como lo que denominamos hoy una sala polivalente pues su escenario no solo era el espacio donde actuarán los más notables artistas de todo el mundo sino también como sala de cine. Así, en él se realizará la proyección del primer animatógrafo el 11 de mayo de 1896, dos días antes de que lo hiciese el cinematógrafo de los Lumiére en la carrera de san Jerónimo. En muchas más ocasiones se usará como cine y teatro por lo que también se le conocerá como el Teatro Circo Price. Junto a las proyecciones cinematográficas también en él se celebrarán importantes óperas y zarzuelas.

El declive del circo se producirá en los años treinta. Así, tras la muerte de Leonard Parish, el circo será dirigido certeramente por Sánchez Rexach si bien la guerra truncará la actividad del circo. El propio Rexach morirá en la contienda y, el edificio, sufrirá importantes desperfectos provocados por los bombardeos durante el asedio a Madrid. Si bien volvió a abrirse tras la guerra, no logró alcanzar el éxito del primer tercio de siglo. El edificio fue reparado y pasó a propiedad de Juan Martínez Carcelle que transformó en parte el circo en un teatro de variedades por cuyo escenario pasarán las voces más importantes de la posguerra española. Pero no solo se destinará a estos espectáculos y, junto a las actuaciones circenses, se desarrollarán veladas de boxeo, lucha libre e incluso becerradas.

Aún le quedaba al circo Price un último momento de gloria que vivirá bajo la dirección de Arturo Castilla y Manolo Feijoo, que se harán cargo del teatro desde 1959. Así, este templo del espectáculo, cumplirá un papel clave en el desarrollo y éxito del Rock and Roll y el Pop en España pues, el 18 de noviembre de 1962, sobre su escenario, se inaugurará la primera sesión de los Festivales de Música Moderna en el Circo Price. En él participaron los míticos Miguel Rios (como Mike), Micky, Juan Pardo, Junior o Albert Hammond y es para muchos el momento en el que nacerá en España este movimiento musical (http://www.rtve.es/alacarta/videos/te-acuerdas/acuerdas-teatro-circo-price/934657/).

La actual Plaza del Rey. A la derecha la Casa de las siete chimeneas. A la derecha la sede del antiguo Ministerio de Cultura, lugar donde se encontraba el Teatro Price.

La actual Plaza del Rey. A la derecha la Casa de las siete chimeneas. A la derecha la sede del antiguo Ministerio de Cultura, lugar donde se encontraba el Teatro Circo Price.

Este último momento de esplendor pronto fue apagado por el desarrollismo y los cambios de gusto que llegaban con el fin de la dictadura. Así, los socios mayoritarios del Price, decidieron vender en el local en 1969 al Banco Urquijo que decidirá demolerlo. No deja de ser interesante cómo, en solar se levantará la sede del Ministerio de Cultura.

El nuevo Circo Price en la antigua fábrica de galletas Pacisa.

El nuevo Circo Price en la antigua fábrica de galletas Pacisa.

Sin embargo, el Circo Price volvió a resurgir de sus cenizas. Sabemos que Arturo Castilla intentó trasladar el circo a una nueva sede, incluso se barajaron posibles espacios para su ubicación, como el Cuartel de Conde Duque o la Casa de Fieras del Retiro, si bien la muerte de Castilla paralizará este proyecto. Así las cosas, deberemos esperar cuarenta años a que de nuevo en Madrid haya un espacio circense con el nombre de Circo Price. En 1999, por iniciativa del Ayuntamiento de Madrid, se decide crear un circo estable en la capital. Para su ubicación se optó por el abandonado edificio de Galletas Pacisa, en la ronda de Atocha, que será reformado por el arquitecto Mariano Bayó para cumplir con sus funciones de espacio dedicado al espectáculo. Finalmente, abrirá sus puertas al público en las navidades de 2006. Notable espacio y establecimiento que seguramente habría gustado al irlandés Thomas Price, figura fundamental del circo en España.

Conozcamos Madrid sin pasar calor. Visita a la exposición Madrid. doc.

Salir a deambular por la ciudad en agosto para conocer algunos de sus bellos edificios no es lo más recomendable, pues las altas temperaturas pueden provocar que más que un agradable paseo sea una experiencia ingrata. Sin embargo, podemos descubrir muchas cosas sobre Madrid sin tener que sufrir los calores estivales. Para ello, os propongo una visita a la exposición Madrid.doc. Se trata de una instalación que podemos encontrar en el Centro Cultural Conde Duque.

Proyecto del Matadero de Madrid. Luis Bellido. 1914.

Proyecto del Matadero de Madrid. Luis Bellido. 1914.

La exposición muestra parte de los fondos del Archivo Municipal de la Villa, uno de los más antiguos de España, pues tenemos documentada su existencia desde 1526. Así, este archivo conserva la memoria documental y gráfica de Madrid y es una fuente inagotable para el estudio de la ciudad, prácticamente desde sus orígenes. Una de las fuentes documentales más importante es su gran colección de planos, pues alberga todos los proyectos urbanísticos y arquitectónicos que debían ser aprobados por el concejo. Así, podemos conocer y documentar muchos de los edificios actuales y, especialmente, aquellos que, unas veces por necesidad, otras por interés, han desaparecido.

Diseño de las Casas del Cordero. Juan José Sánchez Pescador. 1841.

Diseño de las Casas del Cordero. Juan José Sánchez Pescador. 1841.

La exposición tiene un desarrollo expositivo muy original pues los planos están dispuestos en vitrinas que se organizan en la sala como si de un mapa de Madrid se tratase. Así, podemos conocer la ciudad de norte a sur y de este a oeste, lo que nos permite ubicar los edificios sobre el área de Madrid.

Anteproyecto del Ensanche de Madrid. Carlos María de Castro. 1859.

Anteproyecto del Ensanche de Madrid. Carlos María de Castro. 1859.

De este modo podemos descubrir, entre otras muchas cosas más, como era la Plaza Mayor, o los proyectos de Antonio Palacios Ramilo para el edificio Matesanz o el Hospital de Jornaleros de Maudes. También conocer la evolución de Madrid a través de los planos de la ciudad.

Como he indicado es una buen oportunidad para pasear Madrid y descubrir parte de su historia documental.

Más información: http://www.madrid.es/UnidadesDescentralizadas/Bibliotecas/EspecialesInformativos/ArchivoDeVilla/MadridDoc/ficheros/MadridDoc_Folleto.pdf

Ocno Bianor, el héroe que fundo Madrid

Ocno asi mesmo. El celebre hijo
del tusco Tíber y de la hada Manto
llevaría escuadrón copioso de su Tierra.
Este es, ó Mantua, quien te dio cimientos,
Él te cerco de fuertes y altos muros,
Y te nombro del nombre de su madre
Mantua: felice en ínclitos mayores.
Gregorio Hernández de Velasco

Muchas son las teorías sobre los orígenes de Madrid y muchos los debates sobre el momento de su fundación. No aclaran del todo ésta controversia, ni los documentos escritos, ni los datos arqueológicos, cuya utilización interesada suelen llevar a conclusiones discutibles.

Lo curioso es que, éste interés por determinar la antigüedad y el origen de la fundación de Madrid, están intrínsecamente relacionados con la proclamación de la ciudad como capital del reino en 1561. Hasta éste momento, la villa era una población con un ascendente significación dentro del reino de Castilla pero aún no gozaba de una notable importancia para que surgiese la necesidad de escribir su historia.

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Frontispicio de la obra de Jerónimo de Quintana, A la muy Antigua….

El interés por desvelar los orígenes de su fundación va a surgir con el propio interés político, desde el momento en el que la ciudad se convierta en un espacio de poder. Tras la elección de Felipe II de Madrid como capital existirá la necesidad de equiparar la villa castellana con las más honorables ciudades europeas, de aquí el recurrir a la búsqueda de un origen antiguo y heroico y, muy importante, desligado de la civilización musulmana.

Así, desde el último tercio del siglo XVI hasta el segundo tercio del siglo XVII se buscará crear y afianzar la teoría de la fundación de Madrid por un héroe de origen griego [1], nuestro Ocno Bianor [2], fundador de la Mantua Carpetanorum, núcleo que será el origen de la ciudad de Madrid.

Como la gran mayoría de las leyendas relacionadas con la fundación de las ciudades o de lugares significativos ésta tendrá un carácter etiológico. Si bien existen diferentes momentos en la creación de la leyenda, unidos a diferentes autores, la obra más famosa, que va a recoger todas las fuentes anteriores, será la obra del historiador Jerónimo de la Quintana [3]. Antes de pasar a relatar la historia, es interesante señalar cómo el propio autor plantea la idea de una doble fundación de Madrid: una antigua, ligada a la colonización griega y otra visigoda. Lo que parece claro era la intención de desligarla de la fundación árabe [4].

Pasemos pues a narrar la leyenda del origen de Madrid:

El príncipe Ocno Bianor era hijo del rey Tiberis, rey de los toscanos y de los latinos (por lo tanto de Alba Longa y descendiente del héroe Enéas), y de la adivina Mantho, de origen tebano y profetisa como su padre Tiresias, que acabará en Italia tras pasar diferentes vicisitudes.

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La adivina Manto. Boccaccio, De claris mulieribus.

Antes de nacer Ocno, muere su padre en la guerra al ahogarse en el río al que dará nombre, el Tíber. Como vemos, su llegada al mundo está ligada al infortunio que se acrecienta al quedar sin herencia; su hermanastro Agripa Silvio, heredará como primogénito el reino de los latinos (será el antecesor de Rea Silvia, madre de Rómulo y Remo). A Ocno le correspondía el reino de los toscanos si bien le había sido arrebatado a su padre por el tirano Mecencio. Sin otra salida, Ocno Bianor, se convertirá en soldado de fortuna. En un momento dado decidirá venir a la Península Ibérica, posiblemente en busca de la fama negada en su tierra natal. Así, una vez en la península decide que,

“reconociendo este sitio, su abundancia y fertilidad, el favorable clima, la benignidad del cielo, y la fortaleza del puesto, pareciele a propósito para hacer en él una buena población. Sino es que digamos, que ya que no heredó ninguna cosa de su padre, heredase algo de la ciencia, en que tanto floreció su madre Mantho, mediante la qual tuviese tan de lejos seguros pronósticos de la grandeza a que avia de llegar en este tiempo la pequeña población que en él se hiciese y así quiso dar principio en ella fundando en él a Mantua Carpetana [5]”.

Lo más fascinante de todo es la fecha que se da para la fundación, el 879 a. C., ¡¡sólo 126 años antes de la fundación de Roma (753 a. C.)!!.

El nombre de la ciudad tiene una clara explicación, dedicó la ciudad a su madre Mantho, de ahí Mantua. La fundación fue completa pues doto a la ciudad de una muralla que daba al río y la cedió al pueblo que habitaba esos lares, los carpetanos, de ahí el nombre de Mantua Carpetanorum, urbe que se convertirá en la cabeza, metrópoli de esta tribu celtíbera [6] .

No se acaban aquí las andanzas de nuestro héroe, pues decidirá retornar a Italia, posiblemente llamado por los toscanos, que habían expulsado al tirano Mecencio, y se convertirá en su rey.

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Plano de Madrid, Pedro Teixeira, 1656.

Sin embargo, a decir de Quintana, no pudiendo soportar la ausencia de la Mantua que había dejado en España, decidirá fundar una nueva en Italia, a imitación de la primera en lo que sería la Lombardía y que no es si no la Mantua italiana actual [7].

Esta fascinante historia sobre nuestro héroe Ocno Bianor, logrará una gran aceptación en el Madrid del XVII. Así, la capital del reino obtenía un gran prestigio al ser una fundación de un héroe de origen griego y anterior a la de Roma, Londres o París. Tanto es así que en los documentos y actos públicos aparecerá con esta denominación. Buena muestra de ello será el plano de Madrid de Pedro Texeira (1656) que llevará la inscripción Mantua carpetanorum sive matritus urbs regia. Otros ejemplos serán los arcos triunfales que se realizaron en la Puerta de Alcalá en 1599 y 1615 para recibir a la futuras esposas de Carlos III y Felipe IV, Margarita de Austria e Isabel de Borbón. Estas arquitecturas estarán rematadas en sus arcos laterales con los bustos de Ocno Bianor, con las llaves de la ciudad, y de Manto, que ofrecía la corona.

La leyenda de la fundación de Madrid prácticamente caerá en desuso en el siglo XVIII. Se abandonará el nombre clásico de Mantua Carpetanorum y solo aparecerá el de Madrid. Además, los ilustrados atacarán activamente toda la leyenda tal y como vemos en el caso del historiador Juan Antonio Pellicer [8].

La última referencia a la leyenda de Ocno Bianor y la fundación de Madrid la recogerá el historiador José María de Mena que, sin citar fuentes y posiblemente de su invención, desarrolla la leyenda de Ocno Bianor enriqueciéndola con la leyenda de la diosa celtíbera Metragirta, si bien esto lo dejaremos para otra entrada futura [9].

En resumen no deja de ser fascinante la creación de esta maravillosa leyenda que, no por fantasiosa, deja de ser interesante pues la intención de los historiadores del s. XVI y XVII no fue diferente a la de los Griegos o Romanos de la antigüedad que buscaron para el ennoblecimiento de sus ciudades un origen fundacional legendario, ligado a algún héroe mítico [10].


[1] La idea de la fundación de Madrid por los griegos parte de Juan López de Hoyos, director de los Estudios de la Villa. Así, en su obra Historia y relación verdadera de la enfermedad, felicísimo tránsito y suntuosas exequias de la Serenísima Reina de España Doña Isabel de Valois…, Pierres Cosin, 1569, narra cómo los griegos fundaron la ciudad de Mantua pues así lo demostraba el dragón labrado en lo alto de la Puerta Cerrada y que se descubrió al derribarla para ensanchar la zona pues debía permitir el paso de la comitiva fúnebre. Este dragón era el escudo usado por los griegos según el historiador. Incidirá en la misma idea en 1572 (Real apparato y suntuoso recibimiento con que Madrid….rescibio a la Sereníssima reyna Doña Ana de Austria (1572).

[2] En la mitología romana existirá un héroe llamado Ocno o Aucnor, que estaría ligado a la leyenda de la fundación de Bolonia. Se le hace hijo de Fauno o de Tiberis y de Mantho, hija de Tiresias o de Heracles. Nacería en Perusa y fundaría Felsina (antigua ciudad de Bolonia). Sus compañeros fundarían diversas ciudades en la llanura del Po entre las que estaría Mantua. En Virgilio aparecería Bianor que sería el fundador de Mantua por lo que se le suele relacionar con Aucno.

[3] Jerónimo de la Quintana (A la muy antigua, noble y coronada villa de Madrid: historia de su antigüedad, nobleza y grandeza, 1629) no es el origen de la leyenda de Ocno Bianor. El que parece ser el primero que atribuye la fundación a Ocno Bianor es el archivero y canónico de la catedral de Barcelona, Francisco Tarafa. Conocido por su fantasía a la hora de escribir la historia, es famoso por su obra De origine ac rebus gestis rerum Hispaniae (1553). Es en esta obra donde aparece por primera vez la fundación de Madrid por Ocno: “Después funda otro pueblo un hijo de Tiberino, rey de los latinos llamado Ocno, que fue villa buena llamada Mantua y ahora Madrid, y otra ciudad en Italia llamada Mantua”. Sobre la idea de la fundación de Madrid por los griegos insisten Juan López de Mendoza (Libro del Buenplacer), el Arzobispo Carrillo (Fundación de las Descalzas Reales), o Gil González Dávila (Teatro de las grandezas de la Villa de Madrid(1623): Ogno, hijo del rey Tiberio, fundo Mantua Carpetana en el 1560 después del diluvio.

[4] A la muy noble…. (Libro I, Cap. III): “Fue pues diferente fundación la de la Mantua Carpetaza y la de Maiorito, y tanto que como en los capítulos siguientes diremos, huvo más de mil ciento y cincuenta años a una de la otra, aunque al presente es todo un cuerpo”.

[5] El origen de toda la leyenda estaría fundado en una cierta realidad. Así en la Cosmographia de Ptolomeo, habla de diversas ciudades de la península Ibérica entre la que se encontraría la de Mantua en la Carpetania. El texto de Ptolomeo fue reeditado en los años 90 del s. XV donde la Mantua de la Carpetania aparecerá situada en el centro de la península y se la relacionará con la Ursaria olim, es decir con Madrid. A partir de aquí solo habrá que ir desarrollando la leyenda de su fundación. Pedro de Medina (Libro de grandezas y cosas memorables de España, 1548), será el primero que dará esta noticia en España.

[6] Efectivamente exisitió una ciudad llamada Mantua en la Carpetania. Se suele relacionar con el actual pueblo de Villamanta, con Cifuentes o con Riansares (Urbina Martínez, Dionisio, “La Carpetania romana y los carpetanos indígenas: tribu, etnia, nación o el país de los escarpes”, Gerión, 16, 1998).

[7] La fuente de esta leyenda parte del poeta Virgilio que, en la Eneida, hace fundador de su villa natal, Mantua, a este héroe griego. La leyenda se difundirá gracias a Annius de Viterbo en su Antiquitatum varium, vol. XVII, l. LXIII). Es muy posible que los cronistas hispanos tomasen esta noticia para hacerle también fundador de la Mantua de los carpetanos.

[8] Discurso sobre varias antigüedades de Madrid y origen de sus parroquias, especialmente la de San Miguel. Con algunas observaciones sobre la disertación histórica publicada por el Doctor don Manuel Rosell acerca de la aparición san Isidro Labrador al rey don Alonso VIII antes de la batalla de Las Navas, en defensa del marqués de Mondejar. Madrid: Antonio de Sancha, 1791).

[9] Leyendas y misterios de Madrid. Barcelona, Plaza y Janés, 1989, p. 13-18.

[10] Es el caso de Teseo como fundador de Atenas, Perseo de Micenas, Cadmos de Tebas, Ulises de Lisboa o, ya en la península, de Hércules, fundador de Sevilla o Cádiz o Barcelona.

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